El cautivo
Jorge Luis Borges
En Junín o en Tapalqué refieren la historia. Un chico desapareció después de un malón; se dijo que lo habían robado los indios. Sus padres lo buscaron inútilmente; al cabo de los años, un soldado que venía de tierra adentro les habló de un indio de ojos celestes que bien podía ser su hijo. Dieron al fin con él (la crónica ha perdido las circunstancias y no quiero inventar lo que no sé) y creyeron reconocerlo. El hombre, trabajado por el desierto y por la vida bárbara, ya no sabía oír las palabras de la lengua natal, pero se dejó conducir, indiferente y dócil, hasta la casa.
Ahí se detuvo, tal vez porque los otros se detuvieron. Miró la puerta, como sin entenderla. De pronto bajó la cabeza, gritó, atravesó corriendo el zaguán y los dos largos patios y se metió en la cocina. Sin vacilar, hundió el brazo en la ennegrecida campana y sacó el cuchillito de mango de asta que había escondido ahí, cuando chico. Los ojos le brillaron de alegría y los padres lloraron porque habían encontrado al hijo.
Acaso a este recuerdo siguieron otros, pero el indio no podía vivir entre paredes y un día fue a buscar su desierto. Yo querría saber qué sintió en aquel instante de vértigo en que el pasado y el presente se confundieron; yo querría saber si el hijo perdido renació y murió en aquel éxtasis o si alcanzó a reconocer, siquiera como una criatura o un perro, los padres y la casa.
Material bibliográfico de Soporte
TESTIMONIOS
AÑO 5 Nº 5 – VERANO 2016
WWW.REVISTATESTIMONIOS.COM.AR
ISSN 1852 – 4532
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EL GOLPE MILITAR DE 1976 EN LA PROVINCIA DE CATAMARCA.
SUCESOS Y ACTORES DE UN PROCESO AÚN NO CERRADO DE
NUESTRO PASADO HISTÓRICO
THE MILITARY COUP OF 1976 IN THE PROVINCE OF CATAMARCA.
EVENTS AND ACTORS IN A PROCESS NOT YET CLOSED OUR
HISTORICAL PAST
CARLOS HUMBERTO IBAÑEZ*
Resumen
Los golpes cívico militares que interrumpieron los procesos democráticos durante el siglo XX en nuestro país cuentan con elementos identitarios que posibilitan un análisis en clave comparativa en el tiempo largo, no obstante también son susceptibles de marcar diferencias cuando se los
analiza en territorios subnacionales determinados.
En nuestro caso presentaremos la ponencia en la cual describimos los sucesos de los aciagos días de marzo
de
1976.
Descubrir los sucesos, determinar los actores políticos con
trascendencia en
los
procesos políticos posteriores, analizar las actitudes políticas e individuales del gobierno derrocado y poner en valor ese momento de la historia en
nuestro espacio provincial, es el objetivo general. Ello lo
posibilita la hipótesis de
que
así como hay generalidades que identifican procesos también hay
peculiaridades que diferencian la concreción de esos procesos macros de los micros que
se suscitan en
distintos territorios.
Para lograr nuestro objetivo recurriremos a repositorios
públicos y privados
para revisar las fuentes primarias. Ese trabajo de vaciado documental lo reforzaremos con entrevistas semi estructuradas y abiertas a algunos de los actores que vivenciaron ese proceso
y que luego cumplieron algún rol en la estructura política catamarqueña. Nuestra ponencia también aspira a enriquecer la escasa historiografía publicada para nuestra provincia en el momento en cuestión.
Palabras clave: Catamarca – Golpe Militar – 1976 – actores
Abstract
The military civic blows that disrupted the democratic process during the twentieth
century in our country have identity elements that enable an analysis on comparative key in a long time, however they are also likely to make a difference when they are
analyzed in some subnational
territories.
In our case we will present the paper at which describe the events of the fateful days of
March 1976.
Discover the events, determine the political actors with political significance in the later
process, analyze policies and individual attitudes of the ousted government and to value
* Licenciado y Profesor
Titular,
Facultad
de
Humanidades,
Universidad
Nacional de Catamarca, e-mail:
CARLOS HUMBERTO IBAÑEZ
the
time
of our provincial
history
in space,
it is the overall goal. This enables the hypothesis that
just as
there
are
generalities
that identify processes
there
are
also features that differentiate the realization of these macros micros processes that
arise in different territories.
To achieve our goal we will resort to public and private repositories to check the primary sources. This work of documentary emptying is reinforce with semi-structured and open interviews to some of the actors who experienced this process and then
fulfilled a role in the political structure catamarqueña.
Our paper also aims to
enrich the poor historiography published for our province at the time in question.
Key words: Catamarca – 1976 – Military coup – actors
Presentación
Los golpes cívicos militares que interrumpieron los procesos democráticos durante
el siglo XX en nuestro país cuentan con elementos identitarios que posibilitan un análisis en clave comparativa en el tiempo largo, no obstante también son susceptibles de marcar
diferencias
cuando se los analiza en territorios subnacionales determinados.
En el caso de la interrupción del orden democrático en 1976 que constituye no solo el último dado
de esa
manera, sino también el
proceso dictatorial
más sangriento
del
siglo
XX
en donde el
Estado es el
protagonista
y responsable
político
y jurídico.
Por ello
ha sido valorado de diversas formas y analizado desde diversas perspectivas, sin el ánimo de
agotar esas miradas, aquí expondré algunas de las
que considero más significativas para abordar nuestro caso
particular,
cual es el
de poner en valor las peculiaridades de los
hechos previos
y posteriores al 24 de marzo de 1976 en Catamarca.
No solo descubrir los sucesos,
determinar los actores políticos con trascendencia en
los
procesos políticos posteriores, analizar las actitudes individuales de los funcionarios y políticas del gobierno derrocado y poner en valor ese momento de la historia en nuestro espacio provincial es el objetivo general, sino también aportar al estudio analógico de los procesos políticos
dados
en
espacios subnacionales.
Además, analizo nuestro pasado
desde
la perspectiva
del
presente
y pretendo constituir una invitación a la revisión de los hechos y emprender un camino crítico de
los mismos. Para lograrlo recurro a la historia oral recuperando testimonios directos de
algunos protagonistas de aquel fatídico 24 de marzo de
1976, publicados en primera
persona en memorias autobiográficas y en otros casos a testimonios de actores sociales y
EL GOLPE MILITAR DE 1976 EN LA PROVINCIA DE CATAMARCA. SUCESOS Y ACTORES DE UN PROCESO AÚN NO
CERRADO DE NUESTRO PASADO HISTÓRICO
políticos publicados por la
prensa
local, todos
ellos sazonados
con
el recuerdo de
la vivencia propia y familiar de aquellos años.
Ello lo posibilita la hipótesis de que así como hay generalidades que identifican
procesos, también hay peculiaridades que
diferencian la
concreción de
esos procesos
macros
de
los micros que se suscitan en distintos espacios
territoriales.
El Golpe
El año 1976 se
inició bajo
el signo
funesto de
la violencia
política, la crisis institucional y el descalabro económico. La economía había permanecido estancada tras los efímeros éxitos iniciales de
la concertación peronista,
y las perspectivas no
eran para nada
mejores. El aumento
del
precio
internacional
del
petróleo y la depreciación de los alimentos anunciaban crecientes desequilibrios de
la balanza de
pagos. La
inflación se aceleraba a pesar de los intentos desesperados y más o menos ortodoxos de controlarla . Entre
marzo
de 1975
y marzo de 1976, los precios subieron el 566,3%, y para
el año
siguiente se pronosticaba
un aumento de por lo menos el 800%. El paquete de
ajuste de
salarios y tarifas y devaluación del peso que había aplicado el gobierno a principios de
1975, recordado como
el “rodrigazo”, tuvo
efectos
negativos
en el
bolsillo
de los
asalariados sin revertir la
tendencia
general y motivó una reacción sindical
que lograría
torcerle el brazo al Ejecutivo,
con lo que la
situación siguió deteriorándose. El déficit
público
acumulado
a lo
largo
del año alcanzó un récord histórico: 12,6% del
PBI. La reedición de
la fórmula
ortodoxa
que
intentó como última carta
el ministro
Emilio Mondelli, a comienzos de 1976, fue aún más perjudicial para los salarios y prácticamente
inocua para el resto de la economía. El mes de marzo registró 56% de inflación y se
temía
que
el país entrara en cualquier momento
en
cesación de
pagos pues las reservas internacionales estaban ya agotadas.
El diario
La Opinión
informó, ese mismo
mes
de marzo, que por
esos días se
registraba un asesinato político cada cinco
horas, y cada tres estallaba una bomba. En
diciembre se habían contabilizado, según
el matutino, 62 muertes
originadas en
la violencia política. En enero ascendieron a 89 y llegaron a 105 en febrero, la mayor parte de ellas provocadas por bandas paramilitares que recorrían las calles blandiendo sus armas ante la vista aterrada de los
transeúntes y el silencio cómplice de las autoridades1.
En la madrugada del 24 de marzo de 1976, los edificios de gobierno y el Congreso
Nacional fueron ocupados por las Fuerzas
Armadas. Lo mismo sucedió en las estaciones
de
1 NOVARO Marcos y Vicente PALERMO
Historia Argentina
9. La dictadura militar 1976/1983. Del golpe de estado a
la restauración democrática, Paidos, Buenos Aires, 2012.
CARLOS HUMBERTO IBAÑEZ
radio y televisión de Buenos Aires y las principales ciudades de las provincias. Durante la
noche, las tropas habían rodeado numerosas plantas industriales y ocupado las sedes de
los
principales
sindicatos. En las horas siguientes, a
través de los medios de difusión masiva,
se
comunicó
al país que una junta de
comandantes
de las
tres
armas había decidido
poner fin al
agónico ejercicio
de las autoridades civiles y asumía el poder político en nombre del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.
La presidente María Estela Martínez
de Perón (Isabel), sus
ministros
y
otras figuras destacadas del gobierno peronista
fueron apresados inmediatamente. Con el paso
de
las horas, en un operativo cuidadosamente planificado, las detenciones se
multiplicaron. Centenares de delegados sindicales, militantes peronistas y de
izquierda, periodistas e intelectuales considerados “sospechosos” fueron sorprendidos
por las
patrullas militares y “grupos de tareas” en sus
lugares de trabajo o en sus hogares. Muchos pasaron
a
engrosar las
listas de desaparecidos, que se
poblaron a una velocidad aterradora durante
esos días.
Integraban lo que los golpistas habían identificado
como “enemigos activos”. Tuvieron más suerte los que fueron “blanqueados”
en
cárceles y
cuarteles, y quedaron detenidos “a disposición del Poder Ejecutivo
Nacional”. En esa condición se
contó
un número considerable de dirigentes partidarios,
funcionarios públicos y
jefes sindicales, de la Confederación General del Trabajo y las 62
Organizaciones
Peronistas, que los golpistas consideraban sólo “enemigos
potenciales”.
El golpe
de 1976, para Quiroga,
busca
legitimar la
intervención mediante la
conocida teoría del “vacío de poder”, el argumento del “caos económico y social” y el
peligro de
la “subversión terrorista”,
que conducían a
la “disolución de
la Nación” y a la “anarquía”, tal como lo establece la Proclama de la Junta de Comandantes.
El balance político de la proclama se estructura en el marco de la “opción caos -
orden” en donde las Fuerzas Armadas aparecen en la vida pública como los ‘‘salvadores de la
Nación” ante
su
evidente
disgregación. Por eso, “en cumplimiento de
una
obligación
irrenunciable, han asumido la conducción del Estado. En un contexto
de crisis como el definido, los militares intervienen dado que se
sienten la “reserva moral
de la
Nación y
porque se piensan la única fuerza capaz de realizar “serenas meditaciones” sobre las consecuencias irreparables de su no intervención2.
El mesianismo de las
Fuerzas Armadas y su procurado
rol de garantes de los
principios, valores y normas constitutivas de la Nación, queda igualmente consagrado en
2 QUIROGA, Hugo
El tiempo del “proceso”. Conflictos y
coincidencias entre políticos y militares 1976-1983, Fundación Ross-Homo Sapiens, 2da Edición revisada y ampliada, Rosario, 2004.
EL GOLPE MILITAR DE 1976 EN LA PROVINCIA DE CATAMARCA. SUCESOS Y ACTORES DE UN PROCESO AÚN NO
CERRADO DE NUESTRO PASADO HISTÓRICO
el Acta3, fijando
el propósito y los objetivos básicos para el proceso
de reorganización
nacional. Los ejes esenciales que
se marcan son: a) la
restitución de los valores esenciales
del
Estado; b) erradicación de la subversión; c) promoción del desarrollo económico; d) posterior instauración de una democracia republicana.
Con su intervención, las Fuerzas Armadas pusieron
fin
a la crisis política, mediante
unos procedimientos que excedieron largamente
los
alcances de intervenciones militares
anteriores aunque
de la misma forma iniciaron una crisis que
por sus consecuencias
sociales no tiene parangón en la historia reciente.
La forma militar de
resolver la crisis fue excepcional, desmesurada y horrorosa. Pero no fue inesperada ni del todo original. El “Proceso de Reorganización
Nacional” trabajó
con algunos métodos conocidos, y quizá por esa familiaridad logró al menos inicialmente el consenso que necesitaba.
Romero afirma que la violencia ejercida de manera clandestina por el estado desde
marzo de
1976 alcanzó
niveles nunca vistos en el país. Hubo una cantidad inmensa
de muertes y desapariciones; también campos de concentración, tortura y exterminio, depredación de bienes y robo
de niños. Pero la violencia asesina no era nueva: estaba ya
instalada
en
la vida política y naturalizada, aunque sin duda
las
diferencias de cantidad
hacen a las de calidad. Lo
novedoso fue que desde 1976 la ejecutó un estado clandestino,
que operaba de noche y aparentaba normalidad de día; además de matar, derrumbaba la
fe en las instituciones y en las leyes, sistemáticamente violadas por quienes debían
custodiarlas.
Otra vez, se
trató de
diferencias cuantitativas, dentro de
un rumbo
ya conocido: las actividades
del terrorismo de estado eran reconocibles
y hasta aceptadas por muchos, pues
arraigaban en tradiciones y prácticas políticas
conocidas.
El autodenominado “Proceso de
Reorganización Nacional” (PRN) se caracterizó, entre
otros facetas,
por la
convicción de
que
un
rígido autoritarismo y la concentración del poder, no
limitado por restricciones jurídicas,
solucionarían el problema
de la
falta
de autoridad del Estado. La idea
tenía precedentes,
no sólo
en los períodos de gobierno
militar sino en las etapas democráticas que fueron escasamente republicanas. En este
aspecto, el PRN –que continuó la tradición militar de denunciar el desgobierno en los
civiles ignorando la anarquía en su propio campo–
fracasó en forma contundente. No logró
3 “Acta fijando el propósito y los objetivos básicos para
el Proceso de Reorganización Nacional”, en Documentos básicos y
bases políticas de las Fuerzas Armadas para el Proceso de Reorganización Nacional, Biblioteca Propia, Buenos Aires, 1976.
CARLOS HUMBERTO IBAÑEZ
nunca que el
poder
tuviera un
punto
de
concentración, y el
singular
experimento de dividirlo entre las tres fuerzas
naufragó estrepitosamente4.
De tal forma,
Horowicz,
en
una referencia cuantitativa de
la “dictadura burguesa, terrorista
unificada” aporta
que conservó en el cargo o convocó a intendentes radicales, justicialistas, neoperonistas, demócratas progresistas, del movimiento de integración y
desarrollo,
a fuerzas federalistas provinciales,
de la democracia
cristiana
y del partido
intransigente. “Era,
por reproducir una fórmula de época, sin duda un gobierno cívico
militar.”5
Situación local
Cuando el Gral. Lanusse anunció el retorno a la vida democrática del país, en
Catamarca los partidos políticos comenzaron a organizarse para afrontar el proceso
electoral
deviniente.
El
justicialismo propició la fórmula
Hugo Mott-Raúl
Sabagh para
Gobernador y Vice
gobernador respectivamente, que en los comicios de marzo de
1973 triunfó ampliamente
superando a los candidatos del Movimiento
Popular Catamarqueño
que,
a su vez, aventajó
a la
UCR
por apenas 500 votos.
El triunfo del Frente Justicialista de
Liberación Nacional (FREJULI) local le posibilitó obtener una
cómoda mayoría
en la legislatura provincial integrada por las Cámara de Diputados y de Senadores, la que en Asamblea Legislativa, consagró
como Senadores Nacionales al abogado
Vicente Leónidas
Saadi y al médico Dermidio Herrera.
La fórmula Mott-Sabagh asumió el gobierno el 25 de marzo de 1973. El gobernador
era oriundo
de uno de los departamentos provinciales del oeste denominado Tinogasta
y pertenecía a la burguesía profesional del interior provincial
de clase media rural. Al momento de ser elegido Gobernador, se desempeñaba como médico en la
clínica
de su
propiedad que
regenteaba en la ciudad en la cual residía, lo
que le hizo depositario de
una
reconocida trayectoria en la región.
En cambio
el Dr. Sabagh era
también médico,
radicado en el
Dpto. La
Paz situado
al Este
de nuestra provincia.
Tenía antecedentes como
dirigente
político
en las filas de
la Unión Cívica Radical Intransigente de Catamarca (UCRI). La Suprema Corte de Justicia quedó integrada
por abogados del foro
de nuestra
provincia, doctores Pedro Guillermo
Villarroel, José María Ibarra y Oscar Guillermo Díaz quienes también van a ser removidos de su cargo a partir del Golpe de Estado de 1976.
4 ROMERO, Luis Alberto La larga crisis Argentina. Del
siglo XX al siglo XXI, Siglo XXI, Buenos Aires, 2013.
5 HOROWICZ, Alejandro Las Dictaduras Argentinas. Historia de una frustración nacional, Edhasa, Buenos Aires,
2012, p. 21.
EL GOLPE MILITAR DE 1976 EN LA PROVINCIA DE CATAMARCA. SUCESOS Y ACTORES DE UN PROCESO AÚN NO
CERRADO DE NUESTRO PASADO HISTÓRICO
La provincia de Catamarca, a mediados de los años ‘70 contaba con alrededor de
190.000 habitantes de los cuales, y según datos censales de 1970, el 53% pertenecía a zonas urbanas y el restante 47% a zonas rurales. Para esta época el Estado se había
consolidado
como el
principal
empleador de la provincia
y se
destacaba
el dato
de que alrededor de 110.000 catamarqueños vivían en otras jurisdicciones lo que nos hace
reflexionar en los
motivos
que generaron el éxodo de comprovincianos estaban vinculados con la ausencia de políticas
públicas orientadas
a generar puestos
de trabajo en el sector privado. Al respecto
Azurmendi de Blanco afirma que “la política del empleo público ha conjurado el problema del éxodo y del desempleo al menos parcialmente.”6
Al igual que en el resto del país, en la mañana del 24 de marso de 1 976, Catamarca despierta con la noticia de que las Fuerzas Armadas habían tomado por asalto el gobierno nacional.
Desde días anteriores a esa fecha, la prensa escrita como la opinión
pública
expresada en los ámbitos políticos partidarios, en el seno
del
mismo gobierno provincial y ámbitos tradicionalmente políticos como eran los
bares céntricos que rodeaban la plaza
principal
de Catamarca,
se especulaba con la posibilidad cierta de
que
pudiera haber un
golpe militar.
Así uno
de los diarios locales pertenecientes al Obispado
de Catamarca, llamado La
Unión, el 22 de marzo cronicaba una consulta a actores sociales del medio referida a que si la reunión de la multisectorial
prevista en Buenos Aires podía ser la
solución que el país
necesitaba
para
“detener la cuenta
regresiva iniciada
por las Fuerzas Armadas para poner coto a esta crítica situación en la que se debaten los argentinos”. En distintos párrafos encontramos opiniones, por ejemplo, del
Presidente
del
Movimiento Popular Catamarqueño Ignacio Avalos, orientó su respuesta hacia la negativa “porque los que en ella participarán son representantes del
centralismo porteño
y como siempre será el interior el que saldrá perdiendo”. Por motivos diversos, docentes y medianos
comerciantes consideraron infructuosa a esa reunión.
Uno de los dos periodistas consultados,
Guillermo
Berrier,
asegura
que “lo que hace falta
en
estos momentos es otra
clase de actitudes y acciones que permitan ejecutar urgentemente y con seguridad
el cambio de
rumbo que necesitamos”,
una
profesional
que luego será
presidenta del Partido Democracia Cristiana de Catamarca, la Arq. Luz Silva, estima que “es demasiado tarde (…)
6 AZURMENDI DE BLANCO, Mirta “Evolución demográfica de Catamarca a través de los censos nacionales”, en Junta de Estudios Históricos de Catamarca. Historia y geografía de Catamarca, Sarquis, Catamarca, vol. II, 2010, p. 370.
CARLOS HUMBERTO IBAÑEZ
es necesario una coincidencia programática, un objetivo para sacar al país del marasmo en
el
que está sumido.”7
Transcurridos treinta y
cinco años, el Gobernador depuesto, dio a conocer su criterio en una obra autobiográfica y dice que “días previos a esta fecha ya se vivían momentos difíciles en todo el país, fundamentalmente en Buenos Aires,
pues la Fuerzas
Armadas que estaban acostumbradas ante cualquier circunstancia a tomar el poder y sin que los Jefes Militares oculten el
odio que tenían hacia el General Perón, amenazaban con derrocar el
Gobierno de Isabel Perón. Se tejían miles de
historias fundamentalmente
argumentando
que
el Gobierno Nacional
era
incapaz de
erradicar por sí la
subversión, pretexto no válido ya que con el Gobierno Constitucional se actuaba como se debe actuar en Democracia, con la Constitución y las Leyes.”8
De tal manera, en Catamarca, también existía esa incertidumbre generalizada en la sociedad en torno al desenlace del proceso político iniciado tiempo
atrás y profundizado
luego de la muerte del Presidente Perón.
En la mañana del 24 de marzo, las
tropas
del Regimiento de Infantería 17 ocuparon
las calles de San Fernando del Valle
solicitando documento a los transeúntes
y
a los
usuarios de los medios de transporte público que se
dirigían a trabajar.
“Los catamarqueños recibieron la
nueva con cierta
desorientación, pero disciplinadamente, acataron las órdenes militares y en su
mayoría retornaron a
sus hogares” culmina la
nota afirmando que “el panorama cívico era de calma absoluta.”9
El diario El Sol, de clara tendencia golpista, destacó en su crónica de los hechos que
el traspaso del mando gubernativo se dio con ciertas particularidades, tanto
es así que luego de
la llegada
del
Jefe
de Regimiento de Infantería Aerotransportada
17 de
Catamarca, Cnl
Alberto Carlos Lucena,
a la Casa de Gobierno, comenzaron a llegar
funcionarios del
gobierno
depuesto. El ex Ministro de
Economía Ángel Maxud Yadón y otros, hasta
el nivel
de subsecretarios y el Juez Federal Dr.
Ricardo Guzmán.
Incluso
los
ex ministros José Soria y Jesús Cisneros participaron
de la ceremonia de asunción del Cnl.
Lucena como Interventor Militar con facultades
ejecutivas y legislativas quien juró
“observar y hacer observar fielmente los objetivos básicos y estatutos
para el Proceso de Reorganización Nacional y la Constitución de Catamarca.”10
7 La Unión, 22 de marzo de 1976. Col. 1 a 3, en
Biblioteca Provincial “Dr. Julio Herrera”
(BPJH).
8 MOTT, Hugo Alberto Yo, Hugo Mott, Edición del autor, Catamarca, 2011, p.
131.
9 La Unión, 26 de marzo de 1976,
Tiraje vespertino, p. 1
Col 1 a 4, en BPJH.
10 El
Sol, 26
de marzo de 1976, pp. 7
y 8, Col 1
a 6,
en Archivo y Museo Histórico de Catamarca, (AMHC).
EL GOLPE MILITAR DE 1976 EN LA PROVINCIA DE CATAMARCA. SUCESOS Y ACTORES DE UN PROCESO AÚN NO
CERRADO DE NUESTRO PASADO HISTÓRICO
En los Ministerios y como Interventores del Banco de
Catamarca
y de
la CGT
Regional
Catamarca asumieron también militares pertenecientes a la fuerza Ejército,
en cambio como
Fiscal de
Estado asumió
el
Dr. Carlos Miguel Avellaneda,
quién culminó su
carrera judicial presidiendo la Corte Suprema de Justicia de Catamarca tiempo después.
La hipótesis que motoriza la
investigación tiene que ver con que en esta oportunidad y en las interrupciones del orden instruccional que se dieron con anterioridad, el Gobierno depuesto pactó y pautó el traspaso del poder con los militares
en las
personas
del Jefe de Regimiento que, por lo general, es
el
primer Interventor provisorio en
todo golpe de
Estado.
Lo hechos
se suceden de
esta manera porque en
nuestra
provincia el Jefe de la Unidad Militar
tenía una gran inserción social y lograba permear las
capas que rodeaban a la
elite política y social
de Catamarca.
Una estrategia
local para insertarse en la elite pasaba
por concretar matrimonios entre los militares o los hijos de éstos con mujeres hijas de los dirigentes políticos, de la burguesía profesional local o de
los
empresarios catamarqueños,
socios del club social
en
donde confluían todos ellos. Otra estrategia de
involucramiento utilizada por los militares era facilitar el Salón de Oficiales del Regimiento
para que se realicen celebraciones familiares de los sectores sociales
acomodados de nuestra provincia.
El Gobernador depuesto relata su vivencia del 24 de marzo diciendo que
“yo ya sabía
que
esa noche
se
produciría el
Golpe Militar; eran aproximadamente las
22 o
22.30 cuando por Cadena Nacional habla Lorenzo Miguel,
manifestando que todo
el problema había sido solucionado y que
no
había posibilidades de Golpe. Esto me sirvió
para decirle a la gente que estaba en la Casa
de
Gobierno que se fuera a sus
casas
tranquilos pues
no
iba a pasar nada.
Después de que se retiraron, llamé a mi Jefe de Policía Dante Vega, le pedí que me comunicara
inmediatamente
por radio, cuando empezara
el movimiento de
tropas
del Regimiento. En lugar de irme a
dormir en Pirquitas donde estaba la Residencia
de la
Gobernación,
me quedé juntamente
con el
corresponsal del diario El
Clarín,
el Sr. Mercado, mi chofer y la custodia en Barrio Parque Chacabuco en la casa de
mi suegro el Ing. Ángel Pablo Hahn. Previamente a eso había hecho traer de Pirquitas a mi señora y a
Juan Cruz.
A eso de
las 4.30
de la madrugada
Dante
Vega me
comunica que ya habían salido del Cuartel y que iban a la Casa de Gobierno. Dejamos pasar un rato y a eso de las seis de la mañana salí de la Casa de mis
suegros en el auto de la Gobernación acompañado por el periodista y la custodia.
La
ciudad estaba ocupada por el Regimiento. Ya la Casa de Gobierno estaba toda
CARLOS HUMBERTO IBAÑEZ
tomada me
dirigí
al despacho
donde
ya estaba instalado el
entonces Coronel Lucena, quien me comunicó que se había tomado el Gobierno Nacional y Provincial
y que a partir
de
ese momento las Fuerzas Armadas, asumían el control.
Me quedé con Lucena hasta que fueron llegando todos los Ministros y Secretarios
de Estado, después
de unas dos horas de conversar Lucena nos comunica que por
Orden Superior todos quedábamos detenidos. Pero en el
caso particular mío, como mi mujer estaba embarazada de ocho meses, mi detención transitoria iba a ser en la Residencia de Pirquitas, en tanto que a todos los funcionarios los trasladaron en móviles
del Ejército hacia el Hogar Escuela.”11
Las palabras de
Mott no
solo
potencian
la hipótesis
de trabajo sino
que
nos
impulsa a formular nuevas vías de investigación complementarias al
objetivo
específico
de este artículo.
Mi vivencia del 24 de
marzo
de 1976, indica que era una mañana de una fresca llovizna en la
cual me levanté
de la cama
para estudiar para
una
“prueba de
nivelación” en la escuela primaria y mi padre, militante político, interrumpe mi camino y me pregunta “¿a
dónde vas, no sabés que cayó
Isabel? Hoy está todo cerrado,
es feriado, no hay clases,…nada. Volvé a la cama hoy no se puede salir a la calle”. Mi corta infancia impedía
que sea consciente de la magnitud de la noticia que tanto mal iba a provocar a la sociedad argentina,
aunque
no dejó de ser
agradable saber que no
tenía que
estudiar para
la “prueba” que me iba a tomar la misma maestra que el año anterior me había negado las
zapatillas marca Pampero 200 y el guardapolvo que entregaba el gobierno peronista. Por cierto que al pasar el tiempo este recuerdo más los dejados por los “procedimientos” que
el ejército y la policía
provincial realizaron en toda
la manzana
en
la cual vivíamos,
fueron recurrentes
temas
de
análisis en largas
charlas
políticas con toda mi familia.
El propósito para este trabajo pasa
por aportar a la historiografía local y poner en
valor un momento de
nuestro
pasado histórico, al que
reforzamos destacando
los aportes
previos en las miradas de colegas comprovincianos que
refieren al
mismo momento en
análisis.
Para el caso, Bazán nos dice que
“Disuelto el Congreso e
intervenidas las provincias, se
apeló
al recurrente procedimiento de cambiar al gobernador y disolver la Legislatura, pero esta vez
con
drásticos métodos
de privación
de la
libertad a los
funcionarios políticos,
EL GOLPE MILITAR DE 1976 EN LA PROVINCIA DE CATAMARCA. SUCESOS Y ACTORES DE UN PROCESO AÚN NO
CERRADO DE NUESTRO PASADO HISTÓRICO
sospechosos prima facie de delitos indeterminados. Asumió el
mando
el coronel
Alberto Lucena, jefe de la guarnición militar hasta la designación del gobernador de facto, en rigor
comisionado federal, coronel Roberto Carlucci. Todo su equipo
estaba integrado por gente extraña a la provincia, excepción hecha del Intendente Municipal,
cargo que recayó en el
Sr. Amoldo Castillo,
ex
diputado
provincial
en
la gestión del gobernador Armando Navarro.
Por lo que
se pudo ver en Catamarca, estos gobernadores del Proceso fueron una
suerte de virreyes que disfrutaron con exceso todos los privilegios
del poder, sin perjuicio de cumplir a rajatabla con las prescripciones del Estatuto dictado por la
Junta Militar. Carlucci se desempeñó durante tres años y de su gestión quedaron dos iniciativas que merecen ser registradas: un barrio de mil viviendas en la capital y la plaza de la Bandera en el ámbito de la plaza 25 de mayo destinada a las conmemoraciones patrióticas y a
la ceremonia
cotidiana
del
izamiento y arriamiento de la enseña nacional. Otras decisiones producidas durante su gestión se originaron en la esfera del Gobierno Nacional: la transferencia a las provincias de las escuelas primarias creadas en virtud de la Ley Láinez, dispuesta por la Ley
21.809 de 1978 y la paralización del ramal ferroviario del Ferrocarril Belgrano que
vinculaba a la ciudad capital y a las ciudades de Andalgalá y Tinogasta con Córdoba
y Buenos Aires. Esta medida regresiva que desamp aró a muchos pueblos se quiso justificar con el
argumento de
que
ese
y otros ramales arrojaban pérdidas
financieras del tesoro nacional.”12
Mientras que De la Orden y Trettel solo refieren que
“se sucedieron tres gobernadores de
facto, Coronel Roberto Carlucci (1976-1979), Comodoro
Oscar H. Bárcena
(1979-1981) y por último el
político
catamarqueño Arnoldo Castillo
(1981-1983).
Los dos primeros llegaron acompañados por una pléyade de funcionarios, mientras
que Castillo se rodeó de colaboradores del medio.
En los primeros años, se
realizaron allanamientos domiciliarios,
algunas detenciones y la represión
llegó al ámbito universitario, con
la cesantía de docentes, algunos
de
los cuales
debieron emigrar del país.
El poder Judicial también fue intervenido y subrogaron los cargos de Ministros de
la Corte los doctores Ricardo Guillermo Herrera, Pedro G.
Gómez Acuña, Daniel Alberto
Acosta; en 1981
en
reemplazo del doctor Daniel
Acosta,
accedió la
doctora Juana Vaccaroni de Soria, la primera mujer que llegó a ocupar tan alto cargo en la
CARLOS HUMBERTO IBAÑEZ
Justicia. Hacia fines de l983, los nuevos integrantes fueron los doctores Antonio
Virgilio Villafañez, Juana Vaccaroni
de
Soria y Carlos Miguel Avellaneda.
El último gobernador de
facto, don Arnoldo Aníbal Castillo, comprometido con su
tierra, concretó importantes realizaciones. Se inició a través de la Subsecretaría de Minería el llamado a licitación pública de los Yacimientos
de Farallón Negro y Bajo La Alumbrera. Se avanzó en un relevamiento catastral minero y trabajos de prospección en los salares
de
la puna.”13
La dictadura que se instauraba en el país el 24 de marzo dejaba tras de sí un
momento
de esperanza iniciado
con la
presidencia
del
Gral. Juan Perón y daba inicio
a uno
de los momentos más traumáticos de nuestro pasado reciente, que como se dijo, tuvo
circunstancias que
lo identifican a
nivel general
al mismo tiempo
que
singularidades en determinadas provincias.
Nuestra tarea
continúa
siendo
la de
develar las incógnitas que contienen los entramados políticos
y sociales
mas
allá de los hechos publicados.
Palabras finales
En coincidencia
con Romero,
consideramos que juzgar y comprender expresan dos
maneras diferentes de enfrentarse con el
pasado. La primera es propia del ciudadano, la
segunda del historiador o de cualquier otro que lo mire en sede científica.
La puesta en valor de
los hechos y procesos relatados tiende
a que
sean juzgados y valorados por quienes deban hacerlo. Nosotros aportamos conocimiento histórico con el ánimo
de iniciar caminos críticos y actitudes de
revisión de
nuestro
pasado reciente.
Lo hacemos desde la historia oral, en este caso recurriendo a
testimonios escritos por los
mismos
protagonistas de los
sucesos, mas las opiniones de quienes observaron
el momento histórico con el ánimo de ponerlo en valor histórico y el testimonio propio de
quien siendo un niño
transitó la vivencia
de un hecho con consecuencias imprevisibles y que por fortuna no se volvió a repetir desde hace casi cuarenta años.
Contamos para
ello con la
ventaja
de conocer el desenlace de
los procesos,
por ello debemos ser cuidadosos del rigor científico
en
nuestras líneas de
análisis,
comprensión y
difusión de nuevos
conocimientos.
Las particularidades del
advenimiento
de la última dictadura
militar nos reafirma nuestra voluntad
de poner en
cuestión
la década
del
setenta
en Catamarca,
máxime
13 DE LA ORDEN, Gabriela y Nora TRETTEL “Historia Institucional de la Provincia de Catamarca”, en SERRA LAFLUF, Adriana (ed.) La provincia de
Catamarca en
el
Bicentenario de
la
Patria, Rossi Casa Editora, Buenos Aires, 2010, p. 74.
EL GOLPE MILITAR DE 1976 EN LA PROVINCIA DE CATAMARCA. SUCESOS Y ACTORES DE UN PROCESO AÚN NO
CERRADO DE NUESTRO PASADO HISTÓRICO
teniendo en cuenta que aún hoy la base de la elite política provincial no se ha modificado substancialmente y que retoños de aquellos protagonistas son hoy parte del gobierno democrático, ya sea en función de gobierno o de oposición.
Podríamos especular acerca de las alternativas que
el
Gobernador Mott tenía
para
enfrentar lo que el mismo consideraba una cuestión de días. La irreversibilidad de la situación política previa al golpe nos debe desafiar a comprender también la actitud de la
oposición partidaria y a los conflictos internos
por los que atravesaba el peronismo gobernante.
Distrae
nuestra
atención el silencio
del
partido de
gobierno, de
sus dirigentes
más encumbrados caso Vicente Saadi.
Por lo demás Catamarca no
fue
un fenómeno alejado
del
terrorismo de
Estado que azotó nuestro país hasta 1983, momento de una nueva esperanza democrática.
Bibliografía y repositorios utilizados
Archivo y Museo Histórico de Catamarca
AZURMENDI DE BLANCO, Mirta “Evolución demográfica de Catamarca a través de los
censos nacionales”, en Junta de Estudios Históricos de Catamarca. Historia y geografía de
Catamarca, Sarquis, Catamarca, vol. II, 2010.
BAZAN, Armando Historia contemporánea de Catamarca. 1930-2001, Sarquis, Catamarca,
2009.
Biblioteca Provincial “Dr Julio Herrera”
Documentos Básicos
y Bases
Políticas
de las
Fuerzas Armadas para el Proceso
de
Reorganización Nacional, Biblioteca personal, 1980.
Historia contemporánea de las provincias del NOA, Tomo I, Edit. Universitaria, Catamarca,
2012.
MOTT, Hugo Yo, Hugo Mott, Edición del autor, Catamarca, 2011.
NOVARO, Marcos y Vicente PALERMO Historia Argentina 9. La
dictadura militar
1976/1983. Del golpe de estado a la restauración democrática, Paidós, Buenos
Aires, 2012. QUIROGA, Hugo y César TCACH (compiladores) Argentina 1976-2006. Entre la sombra de
la
dictadura y el futuro de la democracia, Homo Sapiens-UNL, Rosario, 2006.
QUIROGA, Hugo El tiempo del “proceso”. Conflictos y coincidencias entre políticos y militares
1976-1983, Fundación Ross-Homo Sapiens, Rosario,2004.
ROMERO, Luis Alberto La larga crisis Argentina. Del siglo XX al siglo XXI, Siglo XXI, Buenos
Aires, 2013.
SERRA LAFLUF, Adriana (ed.) La provincia de Catamarca en el Bicentenario de la Patria,
Rossi casa editora, Buenos
Aires, 2010
Soporte literario
Bibliografía vinculada con la Provincia de Jujuy
https://unjuradio.com/2022/03/23/dia-de-la-memoria-la-quiaca-homenajea-a-las-victimas-de-la-dictadura-civico-militar/
http://conti.derhuman.jus.gov.ar/2011/10/mesa_25/alcoba_y_otros_mesa_25.pdf
https://www.somosjujuy.com.ar/jujuy/avelino-bazan-marina-vilte-dirigentes-sindicales-victimas-dictadura-jujuy-n56257
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